Los restos mortales de María de Villota han sido incinerados en el cementerio de San Fernando de Sevilla en la más estricta intimidad, como había solicitado su familia. Antes de la incineración se ofició una ceremonia religiosa en el mismo cementerio sevillano a la que asistieron familiares y amigos próximos a la fallecida y también, entre otras personalidades, el alcalde de la ciudad, Juan Ignacio Zoido.
Los padres de María, Emilio e Isabel, no se han separado ni un solo instante de Rodrigo García Millán, marido de su hija, al que hace apenas unos meses había dado el “sí, quiero”. El joven, de 29 años, se ha unido a esta piña que forman los Villota para sobrellevar la pérdida de su esposa, con quien tenía todo un futuro por delante. Esa fuerza de la que hizo gala la expiloto la heredó de los suyos, que han vuelto a demostrar en estos instantes de dolor, que una familia que se mantiene unida es el mejor modo de enfrentar los golpes que da la vida.
En los próximos días, las cenizas de la expiloto de Fórmula 1 serán enterradas en Madrid "en la más estricta intimidad" en un pabellón familiar, según informó su hermana Isabel a los periodistas en el tanatorio del barrio sevillano de San Jerónimo. "María se ha ido pero nos ha dejado un mensaje de alegría y esperanza muy claro que es en el que se apoya la familia", declaró rota de dolor.
María de Villota, de 33 años, falleció en un hotel de Sevilla poco antes de una conferencia que iba a pronunciar en el congreso Lo que de verdad importa, una iniciativa dirigida a jóvenes donde los ponentes cuentan experiencias impactantes. La expiloto estaba atravesando un momento inmejorable. El próximo lunes iba a presentar además su libro autobiográfico La vida es un regalo y, recién casada el pasado mes de julio, estaba deseando aumentar la familia y tener hijos.
Su familia difundía el siguiente mensaje para confirmar la triste noticia de su muerte: "Queridos amigos: María se nos ha ido. Tenía que ir al cielo como todos los ángeles. Doy gracias a Dios por el año y medio de más que la dejó entre todos nosotros. Fdo. Familia Villota".
Su familia difundía el siguiente mensaje para confirmar la triste noticia de su muerte: "Queridos amigos: María se nos ha ido. Tenía que ir al cielo como todos los ángeles. Doy gracias a Dios por el año y medio de más que la dejó entre todos nosotros. Fdo. Familia Villota".
La deportista sufrió en el mes de julio de 2012 un accidente mientras realizaba unas pruebas en Duxford, un percance que conmocionó a amigos y compañeros de profesión que no dudaron en mostrarle su apoyo en aquellos momentos tan difíciles. Perdió el ojo derecho debido a la gravedad de sus heridas, pero fue todo un ejemplo de fortaleza y superación. "Ahora que solo tengo un ojo, quizás percibo más cosas que antes, mi vida era una contrarreloj total, era una lucha contra el crono, y ahora es cuando veo que hay que parar y medir las cosas de otra forma. Ya no son décimas de crono, sino los pequeños momentos" declaró a la revista ¡HOLA!, en cuyas páginas relató su experiencia.