Los Reyes, los Príncipes de Asturias y la infanta Elena han compartido hoy agenda con motivo de la entrega de las insignes distinciones de la Gran Cruz del Mérito Deportivo a la nadadora paralímpica Teresa Perales en el Palacio de la Zarzuela y del collar del Toisón de Oro a Enrique V. Iglesias en el Palacio Real. Dos ceremonias en las que la anécdota se ha convertido en la gran protagonista.
La nadadora paralímpica Teresa Perales, arropada por su familia, ha recibido en el Salón de Audiencias del palacio de la Zarzuela de manos del Rey la Gran Cruz del Mérito Deportivo, pero como cualquier madre orgullosa ha cedido todo el protagonismo a su pequeño, que ha propiciado varios momentos distendidos. "¡Enhorabuena, campeón!", le ha dicho don Juan Carlos con gesto cómplice a Mariano, que acaba de cumplir cuatro años, después de que el niño mostrara curiosidad por la banda de la condecoración.
El pequeño Mariano se ha convertido desde el principio en el centro de atención del acto y con su simpatía y espontaneidad se ha ganado el afecto de todos, tanto del Rey como de la Reina, del Príncipe, de la Princesa y de la Infanta. Teresa Perales ha acudido también su marido, Mariano Menor, su madre, sus suegros y su cuñada a este “entrañable” encuentro con la Familia Real, pero su hijo había sido el "auténtico protagonista" de la ceremonia. Tras la conversación a puerta cerrada con los Reyes y los Príncipes que ha seguido al acto de entrega, la galardonada recordaba, divertida, que el pequeño había intentado morder incluso la condecoración como si se tratara de una medalla de competición.
Teresa, emocionada y honrada por sumarse al selecto grupo de 17 deportistas merecedores de esta Gran Cruz -es la primera mujer que la recibe-, ha desvelado que la Reina ya le había augurado esa distinción hace años. En los Juegos de Londres, fue la abanderada del equipo español en la ceremonia de inauguración y se convirtió en la deportista española con mayor número de medallas en Juegos Paralímpicos, con un total de 22: seis de oro, seis de plata y diez de bronce. Perales, que utiliza silla de ruedas desde los 19 años a consecuencia de una enfermedad, debutó internacionalmente en 1998 en el Campeonato del Mundo de Nueva Zelanda y desde entonces ha participado en las cuatro últimas ediciones de los Juegos Paralímpicos: Sydney 2000, Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012.
Más solemne era la ceremonia que posteriormente presidió la Familia Real en el Salón de Columnas del Palacio Real para hacer entrega del collar del Toisón de oro al ex secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, pero la anécdota que no entiende de protocolos hizo también aquí acto de presencia. Ante las altas autoridades del Estado, Enrique Iglesias se convertía en el 24º distinguido con la prestigiosa orden, aunque le ha costado lo suyo hacerse con la insignia.
El Rey procedió a colocarla en la solapa de la chaqueta de Iglesias después de los discursos, pero sin éxito: “No puedo. Te voy a tener aquí toda la mañana. A ver si traen unas tijeras”, le dijo. Rafael Spottorno, jefe de la Casa del Rey, que observaba la escena a unos pasos comentó que el ojal estaba cosido y, dirigiéndose al ayudante de campo, le pidió que mejor le pusiera el collar, lo que no se podía tampoco por estar cosido al cojín. Probó la Reina, pero no lo logró. Aunque se resistió, el Rey finalmente consiguió separar el ojal y colocar la insignia.
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