Marta Ortega, la heredera del imperio textil Inditex, y su marido, el jinete Sergio Álvarez, se han convertido en padres a primera hora de esta mañana. Según publica el diario La Voz de Galicia, Marta ha dado a luz a un niño llamado Amancio, al igual que su abuelo, del que ayer se conocía que era la tercera persona más rica del mundo.
El pequeño, que ha pesado 3,900 kilogramos, vino al mundo en el hospital Quirón de La Coruña (antiguo hospital Santa Teresa) y tanto la madre como el niño se encuentran en perfecto estado de salud.
Amancio, quien llega para completar esta bonita historia de amor entre Marta y Sergio, ha venido al mundo tan solo 15 días después de que sus orgullosos papás celebraran su primer aniversario de boda el pasado 18 de febrero.
A pesar de que tras su enlace ambos se trasladaron a vivir a Barcelona hacía días que la pareja se encontraba en La Coruña, ciudad en donde ambos deseaban que naciera su primer hijo.
Según señala este diario gallego, Marta fue atendida por el doctor Devesa y su parto fue programado para las 8.30 de la mañana de hoy, por lo que se pudo ver llegar a la mamá alrededor de las 6.00 horas.
Este es el cuarto nieto para Amancio Ortega, quien ya es abuelo por partida triple de los hijos de su hija Sandra, fruto de su primer matrimonio con la también empresaria Rosalía Mera.
Después de tres años de noviazgo, Marta Ortega y Sergio Álvarez contraían matrimonio el 18 de febrero de 2012 en el idílico pazo que la familia de la novia posee en la localidad de Anceis, en el municipio coruñés de Cambre. Bajo la atenta mirada de algo más de 200 invitados, Marta y el jinete sellaban su amor, un amor que ahora se hará extensible a su hijo, por cuyas venas correrá la sangre gallega de su madre y la sangre asturiana de su padre.
Después de tres años de noviazgo, Marta Ortega y Sergio Álvarez contraían matrimonio el 18 de febrero de 2012 en el idílico pazo que la familia de la novia posee en la localidad de Anceis, en el municipio coruñés de Cambre. Bajo la atenta mirada de algo más de 200 invitados, Marta y el jinete sellaban su amor, un amor que ahora se hará extensible a su hijo, por cuyas venas correrá la sangre gallega de su madre y la sangre asturiana de su padre.
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