Se ha puesto en el otro lado y en lugar de ser juzgado por el público, se ha convertido en juez.Ricky Martin fichó por el concurso The Voice, en su versión australiana, en el que tratará de encontrar un nuevo talento que pueda triunfar en la música. Se trata del mismo formato que desembarcó el año pasado en España, en el que los concursantes de Melendi, Bisbal, Rosario Flores y Malú pelearon hasta el final por hacerse por la victoria. En esta ocasión, Martin se ha unido a Delta Goodrem, Joel Madden y Seal que son sus coaches rivales y pelearán porque sus pupilos lleguen al podium.
Este fin de semana comienza en el espacio la ronda de batallas entre los participantes, de las que saldrán los mejores para enfrentarse a las semifinales. Para dar algunos consejos de última hora, Ricky voló a Sydney con sus dos hijos gemelos, Valentino y Matteo. A sus cuatro años y medio, se han convertido en dos niños con mucho estilo y es que su padre cuida hasta el detalle los elementos de su atuendo.
Valentino con pantalón oscuro y camisa de cuadros, llevaba unas gafas también azules, a juego con los tonos de su ropa, mientras que su hermano Matteo combinó unos cómodos pantalones en beige con una camiseta azul, por debajo de otra verde, y modernas gafas de sol, con las que escondía sus ojos como su famoso papá. Los niños son el ojito derecho del artista y desde que llegaron a su vida este se ha volcado al cien por cien en ellos, tratando de encontrar un equilibrio entre su vida personal y profesional.
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