Bruselas puede respirar tranquila: el abogado conservador Nicos Anastasiadis ha barrido a sus rivales en la primera ronda de las elecciones chipriotas de este domingo. En las instituciones comunitarias se tenía cierta predilección por su candidatura al ser visto por muchos como el único político de su país dispuesto a acordar el rescate económico solicitado por la isla bajo las condiciones marcadas por la Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional).
Sin embargo, su victoria no ha sido completa, y seguramente haya producido sensaciones encontradas: se ha impuesto con el 45,5% de los votos, quedándose a poco menos de cinco puntos de la mayoría absoluta necesaria para evadir una segunda ronda electoral.
Chipre deberá esperar una semana más para saber el nombre del próximo líder de un país sumido en una grave crisis financiera desde finales de 2011 y con un sector bancario al borde del colapso. La reacción de los votantes, aunque esperada al ser más o menos el resultado arrojado por las encuestas previas, ha desilusionado a los más optimistas: según informes privados en manos de los partidos políticos, Anastasiadis podría haberse hecho con la presidencia hoy mismo.
Finalmente no ha sido así y se verá las caras el próximo domingo día 24 con el candidato independiente Stavros Malas, un genetista apoyado por el Partido Progresista del Pueblo Obrero (AKEL) del presidente saliente Dimitris Christofias. El izquierdista, ministro de Salud hasta hace unos meses, ha aglutinado un 26,9% del voto y parece complicada su victoria el próximo domingo.
El gran triunfador
Con todo de cara, Anastasiadis se ha presentado confiado ante las cámaras tras conocer los resultados: "Es una victoria para aquellos que quieren que pasemos página" ha señalado.
El candidato conservador mantiene una posición menos reacia (aunque no definitivamente favorable) a privatizar algunos recursos del país, uno de los requisitos de la Troika para desbloquear una ayuda cifrada en unos 17.000 millones de euros vista como clave para salvar al país y los bancos de la suspensión de pagos.
Anastasiadis goza del apoyo de la mismísima canciller Alemana Angela Merkel: la líder germana no dudó en apoyar públicamente al conservador durante una visita a Nicosia el pasado enero. "Debemos unir fuerzas para contrarrestar esta crisis económica que nuestra patria no había experimentado antes" ha pedido el abogado tras depositar su voto en su colegio electoral en la mañana del domingo.
El líder de la Coalición Democrática (DISY) no es mal visto tampoco en Turquía: hace ocho años fue el principal defensor del plan Annan de la ONU para la reunificación de Chipre, una isla dividida tras la invasión turca del norte de la isla en 1974 y la posterior creación de un estado independiente allí apoyado sólo por Ankara.
Las opciones de Malas
Sólo un súbito apoyo a Malas por parte de los votantes del tercer candidato en discordia, el ya eliminado Georgios Lillikas (24,9%) podría desbancar a Anastasiadis de la presidencia. AKEL juega para ello con una baza a su favor: Lillikas fue elegido hasta en dos ocasiones como diputado a la Casa de Representantes bajo la lista del partido ex comunista.
En un principio, buena parte de sus votantes deberían apoyarle a él en lugar de a Anastasiadis: "Tenemos mucho en común con aquellos que apoyaron a Lillikas, históricamente y en los problemas que afronta ahora el país. Juntos podemos superar la crisis con desarrollo y sin duras medidas contra la sociedad", ha explicado Malas tras conocer los resultados en busca de los votos dejados atrás por el tercer candidato más votado en la tarde del domingo.
Sin embargo, en contra del izquierdista juega el gran desgaste de su partido durante los últimos años del gobierno de Christofias. Se recuerda sobre todo la explosión y destrucción de la mayor central eléctrica del país, un incidente con un alto coste humano (13 personas perdieron la vida) y económico (repararla costó al país alrededor del 10% del PIB e hizo comenzar la recesión) achacado por muchos a una mala administración estatal.
Además, el presidente saliente no ha sido capaz de solucionar la mala situación de los bancos del país, unas enormes instituciones financieras con un volumen de utilidades seis veces mayor a la economía de Chipre muy afectadas por la quita de deuda privada en Grecia: perdieron hasta 4.500 millones en esa operación y su futuro pende de un hilo.
Sólo si Malas consigue alejarse de la figura de Christofias conseguirá acercarse a Anastasiadis, aunque la tarea es muy difícil y el tiempo apremia: Chipre decidirá el próximo domingo la persona a cargo del futuro de la isla.
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