Este año, a Lech han acudido también los príncipes Constantino y Laurentin con sus hijos, y la princesa Mabel, esposa de Friso, con sus hijas. Mabel ha agradecido el interés, y el respeto, mostrado por la prensa hacia ella desde el accidente de su marido. Sin embargo, ha declinado acompañar a la reina en la sesión fotográfica “por motivos personales”. En 2012, el accidente de Friso frustró el posado. En su lugar, la familia real fue vista hundida entrando y saliendo del hospital de Innsbruck, donde atendieron al paciente.
Friso de Orange fue sepultado por la nieve cuando esquiaba fuera de pista con unos amigos, en pena tormenta y con un aviso de avalancha. Él llevaba un dispositivo electrónico que permitió desenterrarlo de la nieve. Sus acompañantes iban equipados con un traje especial para repelerla. Cuando le encontraron llevaba ya veinte minutos bajo el hielo. Tuvo un ataque cardiaco y lo reanimaron durante cincuenta minutos,pero entró en coma. Desde entonces, permanece en el Hospital Wellington, de Londres, especializado en pacientes con graves daños neurológicos. En noviembre de 2012, el servicio de información de la Casa de Orange confirmó que da “señales mínimas de consciencia y reacciona, a veces, a una frase y un pellizco guiñando los ojos o bien moviendo el cuerpo”. Una esperanza de mejora a la que se aferra su esposa, que lo visita a diario, y su madre, que lo ve todos los fines de semana.
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