Tailandia ha sido el destino elegido por Cayetana Fitz-James Stuart y su marido Alfonso Díez como viaje de luna de miel 16 meses más tarde de su boda. Este ansiado viaje fue cancelado en varias ocasiones por diferentes motivos, pero la feliz pareja viajó al fin hasta el país asiático. Si el motivo de este destino era pasar una luna de miel tranquilos y desapercibidos, nada tuvo que ver con la realidad. Cayetana es conocida allí donde va y en Tailandia no iba a ser menos.
Así ocurrió mientras estaba en un mercadillo de Bangkok. La pareja acompañados de Lola Morali, secretaria de la Duquesa y una joven, paseaban curioseando en un mercadillo cuando un español les reconoció originando una graciosa anécdota.
El joven se dirigió hacia la Duquesa de una forma inapropiada para Lola:"¡No me jodas, ostia que me estoy encontrando aquí a la colega!" formas que no agradó a la secretaria quien ironizó con él por su expresión: "Ese no me jodas ha sonado... Aquí comiendo en tu plato de no se qué y te encuentras a la colega,¡No me jodas tio, vaya día!".
El chico mostró su alegría y le dijo directamente a Cayetana: "Es usted muy grande pero mejor persona y mejor ciudadana. Yo sé que es 'la Duquesa' o algo así y este es el marido. Tiene así los pelos 'pa dentro". Morali le preguntó si vivía allí en Tailandia y este respondió que se encontraba de vacaciones y que era de Barcelona. Una asiática que también la reconoció, aprovechaba para hacerse una foto con ella.
Los 86 años de Cayetana no han sido ningún impedimento para poder disfrutar junto a su marido de las múltiples actividades del país. En su primera jornada en Bangkok, la pareja visitó el Templo de mármol donde escucharon los cantos de los monjes budistas y pasearon por un parque rodeado de 53 estatuas de budas.
Su segundo día fue mucho más agitado que el anterior, ambos visitaron el gran Palacio Real y el templo Wat Phra Kaew donde está instalado el buda de esmeralda al que la Duquesa le hizo una ofrenda. Doña Cayetana depositó una flor a los pies del buda y le dejó pan de oro en la vestimenta de la estatua sagrada tal y como manda la tradición. A continuación la Duquesa encendió una vela y un poco de incienso.
A la salida del templo la pareja pasearon de la mano, riendo y felices, disfrutando de este viaje romántico. Más tarde dieron un paseo en barco por el río Chao Phraya en el que Alfonso estuvo muy cariñoso con ella. Finalizaron el día con una de las aficiones preferidas de la mujer de Alfonso Díez... los mercadillos, especialmente los hippies. Alfonso se hizo allí una pedicura con peces, una de las últimas novedades en medicina estética, mientras Cayetana y Morali se daban un relajante masaje. El Duque de Alba se atrevió a comer insectos.
Sin duda un ansiado viaje, del que el matrimonio disfrutó mucho.
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